Trucos para combatir el frio. Secretos para viajar a climas extremos.

¿Cuántas veces llega el frío y sentimos que nos llega hasta los huesos? 

Muchos dicen que nunca viajarían hasta el Artico o la Antártida, 

porque si mueren del frío paseando al perro en el invierno, no 

pueden imaginar lo que sería viajar hasta esas latitudes. 

Think no more, como dicen los americano. En el video de hoy vamos  a hablar 

de cómo abrigarse correctamente para el frío, sin importar si vives en una cuidad, 

o en un remoto pueblo del altiplano boliviano.

BOTAS Wellington (Katiuska):
Wellibob Rain Boots
Western Chief Tall Boots
BOTAS GORETEX:
Salomon Men’s X Ultra
Merrel Boots
Sorel Boots
Sperry Duck Boots
EQUIPO FRIO PARA NIÑOS:
Botas Northface Alpenglow
Chaquetas Northface
CAMPRONES:
Camprones de hielo enrollables
GUANTES:
Guantes Touch Screen
Guantes Waterproof Doble Capa
Mitones Carhartt
Mitones para Fotografia
Mitones para Fotografia convertibles
PARKAS:
Arc’teryx Thorsen Parka
Canada Goose
North Face Metropolis III Parka
Marmot Montreaux Down Coat
CHAQUETAS:
Chaqueta Polar Fleece Básica
Chaqueta Waterproof Climas Extremos
Corta Vientos Básico
Chaquetas MicroTerm
PANTALONES
Pantalón Waterproof
TSLA Pantalón de Nieve

¡Hola Soñadores! Mi nombre es Kike Calvo, fotógrafo y emprendedor. 

Si hay algo que he aprendido viajando, es no solamente a hacer la maleta 

con eficiencia, sino a escoger las prendas correctas para cada expedición. 

Como fotógrafo de National Geographic para Nat Geo Expeditions, 

es fundamental entender la ciencia, o más bien diría el arte, de abrigarse. 

Lo primero que me gustaría remarcar es el uso de las prendas de algodón. 

Se trata de un material que absorbe, como lo hace una esponja básicamente. 

Es decir, si está en contacto con nuestra piel, ya sea en los pies, o en cualquier 

parte del cuerpo, convierte la humedad de nuestro cuerpo en agua. Imaginaros 

esta situación: Llevamos un exceso de capas. Algunas prendas son de algodón, 

y están tocando directamente la piel. Con llevamos demasiadas capas, 

comenzamos a sudar. El algodón absorbe ese sudor, y lo hace agua. Pasamos 

a estar mojados. Salimos al frio, y… ya sabéis lo que viene después. 

Los mejores materiales para estar en contacto 

con la piel son la lana, el merino o materiales sintéticos. 

Más abajo os voy a dejar una selección de productos contra el frío, 

que pueden seros de utilidad, tanto en la vida diaria, como en futuras 

expediciones a climas fríos. 

Lo segundo, en mi modesta opinión, es entender que no siempre los mitos,

son realidades. La cabeza pierde calor tanto por evaporación, es decir, por 

el contacto entre la piel y el aire, o un objeto más frío; como por radiación, 

que es proporcional a la diferencia de temperatura con el entorno. 

¿Y qué quiero decir con esto? Pues que yo personalmente

siempre me tapo la cabeza y el cuello. Pero es más por la sensación de 

enfriamiento que experimento. Ambas partes tienen una gran concentración

 de células nerviosas, lo que hacen al cuello y la cabeza mucho más sensibles

 a los cambios de temperatura.

A la hora de protegernos contra el frío, debemos hacer más énfasis, 

en principio, a otras partes del cuerpo,

como las manos y los pies. Al fin y al cabo, el calor que perdemos depende 

del grado de exposición al frio. En muchos pueblos indígenas que conviven 

habitualmente con el frío, como los Sami o los esquimales

o los Inuit, no utilizan guantes convencionales, con cada dedo separado, 

sino que usan manoplas, de forma que se cree un microclima, por el contacto de la piel entre los 

diferentes dedos.

Tras las manos, sugeriría prestar atención a los pies. El calzado. ¿Cómo es posible que haya

gente que vive en el Artico, y nosotros pasamos frío hasta comprando el pan en la esquina? 

Sencillo: No llevamos el equipo correcto. Aun tengo en mi mente, la imagen de un periodista

de moda, que había sido asignado para realizar un encargo en el Artico, caminando por un

 gélido pueblo cubierto de nieve, con zapatos de vestir de piel con suela de cuero, y unos  

calcetines de rombos (muy estilosos por cierto). Aunque yo no debería hablar mucho, porque 

durante años, he caminado por los inviernos de Nueva York con zapatillas de deporte. 

Ambas cosas, definitivamente, no deben hacerse. Existen botas que ya cuentan con Goretex 

en su interior, y que funcionan de maravilla contra el frío. Sí es importante, y una vez más,

que los calcetines que usemos no sean de algodón. ¿Porque qué pasa si usamos prendas 

de algodón?

Si llevamos muchas capas, como por ejemplo, doble capa de calcetín de algodón, terminaremos 

convirtiendo el sudor en agua. Y no debo olvidar mencionar, que la razón que usamos materiales 

como el  GORETEX, ayudamos a la transpiración, y por tanto, luchamos contra la condensación.

Para muchos entornos urbanos fríos, la botas Wellington, o katiuska, como las llaman 

en algunos lugares. Originalmente una adaptación hechas en piel, y adaptadas de unas 

botas militares Hessian, para montar a caballo. Fueron popularizadas por Arthur Wellesley, 

el primer Duque de Wellington. Y como sabéis que me encanta daros contenido de calidad, 

que os haga reflexionar y aprender. ¿Sabrias decir por qué a este tipo de botas se les llaman 

Katiuska en algunos lugares? Tenéis cinco segundos.

La razón la encontramos sobre un escenario. En torno a los años 1930, se estrenó en 

Barcelona una obra musical donde el tema principal era el exilio de los aristócratas rusos 

con motivo de la revolución rusa. Creo que ya sabéis por dónde voy. La obra se llamaba 

¨Katiuska, la mujer rusa¨, una opereta en prosa y verso. Y tachán, la protagonista apareció 

en escena con unas botas altas, muy similares a las que hoy llamamos botas Katiuskas o 

Wellington. En muchas culturas,  como zonas rurales de Rusia, Filandia y otros países con 

climas extremos, los leñadores y gente que trabaja en el campo usan este tipo de botas. 

Utilizan calcetines de lana, y se aseguran de llevar unas buenas plantillas. 

Y después de proteger manos y pies, podemos enfocarnos en la cabeza. Importante que 

los gorros o  las ropas que protejan el cuello, no sean de algodón ni de punto gordo. Es mejor 

que escojáis lanas, merinos, materiales sintéticos o forros polares.  

Y unos últimos trucos para convivir con el frío:

  1. Si estáis abrigados y os toca entrar a un espacio cerrado, con mucho menos frío, como 
  2. podría ser un medio de transporte o un restaurante, es básico que hagáis lo posible para remover
    las capas de abrigo, abrir las cremalleras y quitar gorros y guantes. Y la razón ya os la he explicado antes.
    Si no lo hacéis, vais a sudar, y las prendas van a condensar la humedad y convertirla en agua.
  3. Si el suelo está helado, caminar con calzado no adecuado, es como comprar boletos para un
    accidente. Una ingeniosa solución que usamos en nuestras expediciones es llevar siempre en la
    mochila, unos mini crampones antideslizantes enrollarles que fácilmente se colocan sobre
    nuestro calzado. 
  4. Si hay nieve, y por lo tanto, es posible que hielo también, nunca metáis las manos en los bolsillos. Más
    allá de ayudarnos a balancearnos en caso de perder el centro de gravedad, si caemos con las manos
    guardadas en los abrigos, podemos hacernos mucho dalo en un codo, o en otra parte del cuerpo.
  5. Y como siempre repito una y otra vez a los que me acompañan en las expediciones, no debéis olvidar
    la hidratación. Beber es fundamental, no sólamente en climas cálidos, sino también en climas fríos. Si
    estudiamos lo que hacen muchas culturas, el agua o los líquidos no los beben fríos, sino que los adaptan
    a la temperatura corporal, o incluso más caliente. Ingieren bebidas calientes en pequeñas cantidades,
    ayudando al cuerpo, a mantenerse hidratado y con la temperatura adecuada al entorno donde nos
    encontramos.

Y eso es todo soñadores. ¡Ah! Y una cosa más. Nada de ducharse por la mañana antes de salir 

a fotografíar osos polares. ¿Por qué os preguntaréis? Al hacerlo estáis quitando la capa de grasa 

de la piel, que es la forma  que nuestro cuerpo protege la epidermis, haciendo que sintamos manos frío. 

Esa esa la razón por la que  cuando trabajo en expediciones polares, no me afeito tan menudo. 

Bueno os voy a seros sinceros, no es sólo por eso, sino porque me afeito en realidad cada 4 ó 5 días. 

Espero que hayais aprendido algo en el video de hoy. Si en viajes futuros a zonas gélidas, o mientras

 lleváis a los hijos al colegio, hemos conseguido que entendamos un poco mejor cómo 

abrigarnos contra el frío, el mensaje de hoy, habrá surtido efecto. Y hablando de efectos, el mismo que

vuestros likes y comentarios tienen en mi estado de ánimo. y si ya compartís el video con un amigo,

 llegamos a nivel de felicidad máxima por mi parte. Un abrazo soñadores, y por favor, 

¡Nunca dejéis de soñar!